HISTORIA Y PREHISTORIA


NOTITAS  VOLADORAS
Historia y Prehistoria

Estoy tomando café fuerte y sin azúcar en una taza nueva, conmemorativa de los cuarenta años de Fonatur, me está cayendo muy bien, pues estando medio nublado el día, me ayuda para escribir una notita voladora.
¡Qué bonita fiesta y que grato encuentro con tantas personas, que además de la amistad de siempre, tuve en común recorrer junto a ellas los caminos del quehacer turístico!
El material audiovisual, tan ilustrativo y de espléndida presentación, fue sólo un destello de todos los logros alcanzados  durante cuarenta años. La exposición de conceptos, fundamentos, soportes y resultados que a través del tiempo hizo Kemil Rizk, resultó tan clara que hizo fácil percibir la influencia de Fonatur en el notable crecimiento del sector turístico dentro del entorno económico nacional y, esa es la historia bosquejada del Fondo desde 1974 hasta 2014.
Fue en verdad agradable oír a Pedro Dondé referir en su discurso el antecedente de Infratur como la institución primaria, que construyó partiendo de la nada, la base del arranque de Fonatur. Esa prehistoria que abarca el período 1969-1974, está repleta de cifras e indicadores económicos que fuimos investigando y  conjugando poco a poco con verdadera convicción de que habriamos de lograr impresionantes resultados de nuestro esfuerzo.
Es imposible dejar de recordar a don Antonio Enríquez y la mística de trabajo que supo inculcar a su pequeño grupo inicial de colaboradores provenientes de diversas áreas de Banxico y el invaluable apoyo externo de prestigiados despachos, como el de los arquitectos Enrique y Agustín Landa Berriozábal, del que durante el proceso de crecimiento de Infratur, fueron incorporándose muchos queridos y talentosos arquitectos, como Javier Solórzano, Mauricio del Moral y Juan Meza, por citar solamente algunos jóvenes nuevos compañeros.
En torno a las personas y circunstancias de esta "prehistoria" existen muchas anécdotas que involucran a los amigos, estas realidades fueron el aderezo a la frialdad de los números y un factor estimulante al espíritu jovial del grupo.
Tengo muchos recuerdos, que en si cada uno podría ser un capítulo de antología anecdótica. Citaré nada más la ocasión en que regresando al anochecer a descansar a Casa de Lima -después Casa Maya- en la desembocadura de la Laguna Nichupté, desde el rústico puente que cruzaba la boca, vio Rubén Zaldivar o quizá Alejandro Morones algo extraño que se movía casi a la orilla del mar, nos acercamos y vimos que se trataba de tres jóvenes náufragos -dos muchachos y una chica- franceses a quienes había fallado el motor de su pequeña embarcación Zodiac y que afortunadamente esto sucedió en un punto en el que gracias a alguna corriente y con el auxilio de los diminutos remos, pudieron alcanzar la costa y dejar su pretensión de cruzar el Canal de Mujeres para llegar hasta la isla. Los llevamos con nosotros a descansar a Casa de Lima, tomaron un baño y salieron a merendar visiblemente agradecidos y gustosos de haber salido ilesos del mortal peligro en que estuvieron. Requemados por el sol y algo fatigados, brindaron un par de copas de vino al tiempo de contarnos detallada su odisea, por cierto, en el aparato de sonido del comedor se oía muy bajo como fondo de la plática a José Feliciano cantando: "Ya mis amigos se fueron casi todos y los otros partirán después que yo, lo siento porque extraño ..., qué será, qué será, qué será, qué será de mi vida qué será..., en la noche mi guitarra tristemente sonará y una niña de mi pueblo llorará".
Eso es todo por ahora. Quizá pueda ir al Paleolítico Inferior, más allá de la prehistoria, para recordar al arquitecto Carlos Lazo Barreiro y su frustrado proyecto turístico "Circuito del Caribe", antecedente directo del desarrollo Cancún.
memo

Imagen: Foto volando sobre lo que ahora es Cancún, circa 1968




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