DANIEL

NOTITAS VOLADORAS


-xv- Daniel

Todo comenzó cuando el gran Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquistó Jerusalén y de inmediato ordenó llevar a su presencia a los jóvenes israelitas más instruídos, de mejor educación y distinguida imagen con la intención de hacerles conocer el lenguaje y las letras de los caldeos. Dentro del selecto grupo sobresale Daniel, quien con su natural talento y brillantes juicios, pronto se gana el aprecio del rey, al que explica los significados de sus extraños sueños y visiones con tanta claridad, que ni los magos y sabios caldeos eran capaces de descifrar.

Nabucodonosor, ensoberbecido con su enorme poder, pone en duda la infinita grandeza de Gehová, el único Dios verdadero y se entrega a una desenfrenada idolatría rindiendo culto a un sinfín de estatuas representativas de borregos y otros animales esculpidos  grotescamente en madera dorada. Ante esto, Jehová castiga al rey despojándolo de todos sus bienes materiales y privándole del poder hasta el extremo de condenarlo a vivir en la intemperie entre los animales montaraces que solamente comen hierba. Muy pronto comprende Nabucodonosor su gran error y sinceramente arrepentido, reconoce la divinidad única de Jehová. Es perdonado y levantado el castigo, vuelve a tomar el poder perdido, que conserva hasta el fin de sus días disponiendo que llegado el momento, sea su hijo Belzazar el heredero de su reinado.

Belzazar pronto llama a Daniel pués no encuentra significado a las palabras  "MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN" que una mano misteriosa había trazado en la blanca pared, interviene Daniel interpretando y diciéndole que Dios ha puesto fin a su reino. Esa misma noche murió Belzazar.

Siguió Daniel disfrutando los privilegios de una vida cortesana y tomó el reino Darío de Media, quien tuvo a bien nombrar gobernador a Daniel a quien ciento veinte sátrapas del reino debían entregar cuentas, situación que de inmediato provocó envidias y malquerencias entre muchos de ellos que se encargaron de predisponer al rey Darío en contra del virtuoso varón. A tal grado llegaron las intrigas, que Darío, muy presionado, ordenó que Daniel fuese  lanzado al foso de los leones, mandato que de inmediato se cumplió.

La terrible escena la ilustra Doré mostrando a un Daniel sereno, de píe, mirando a lo alto hacía la luz que entra brillante por la boca de la cueva; no oculta su preocupación y parece implorar a Dios lo libere de aquel castigo cruel. Lo rodean siete enormes leones, uno de ellos yace tendido a sus píes en la típica postura que los gatos se abandonan a los rayos del sol invernal; Otro enorme animal, sentado muy cerca a su costado, goza de las caricias que Daniel hace a su estropajosa melena, sucia y densamente poblada de toda clase de parásitos que encuentran fácil acceso al cuerpo del sufriente varón por la amplia bocamanga del holgado ropón que lo cubre desde el cuello hasta arrastrar por el piso. Los otros cinco feroces bichos merodean a su alrededor con esa complaciente actitud que tienen los dominadores de una circunstancia, con esa actitud displicente, que según Gardel juegan los gatos malosos con los miserables ratones.

Jehova, que es justiciero, escucha las súplicas de Daniel, hace ver su error al rey Darío, el medo, quien se acerca a la cueva del espanto y al escuchar vivo a Daniel, da la orden de su liberación al mismo tiempo que dispone sean arrojados al tenebroso agujero aquellos mismos que provocaron el injusto castigo de Daniel. Ese día, los felinos gigantescos, comieron hasta la saciedad y bebieron el agua brotante de un venero generoso, arrinconado en un recoveco de la horrenda caverna.

Que tengan buen día,  memo.

P.S.- Sugiero vean o vuelvan a disfrutar la bellísima ópera "Nabuco", de Giuseppe Verdi. Nos da una clara idea del entorno social y político de aquellos días.  gaa.

Imagen: Opera Nanuco de Giuseppe Verdi 

Copyright: this file is licensed under Creative Commons. Source Bastiaan Everink Henk Obee
Author: B. Aumüller



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